miércoles, 4 de marzo de 2015

En Defensa De Los Vendedores Informales de Girón

“..¿Quién no ha probado  la degustación de aguacate en las aceras de la plaza de mercado central? O ¿Quién no ha disfrutado una refrescante naranjada en las esquinas del barrio el poblado?,o mejor ¿Quién no ha pedido un raspa ‘o con leche condensada en el parque de Girón? , seria mentirosa la persona que no ha recurrido a una venta de minutos, como también aquella que diga que  no se le ha antojado una fruta de las que llevan en las “zorras” los vendedores informales….”


“El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas.”

El anterior es el artículo 25 de nuestra carta política, que se encuentra dentro de la denominación de los derechos fundamentales de los colombianos.

De igual forma el Artículo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), ratificada por nuestro país en el año 1968.

“Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.”

   

Resulta pues que a nuestra queridísima administración municipal, se le ocurrió la brillante idea de crear el día semanal del “NO TRABAJO” si, como lo escribí anteriormente, no hay error, es el día de la prohibición de prácticas laborales a aquellos ciudadanos que en el afán de darle bienestar, y una vida digna a sus familias, salen a las calles de nuestra municipalidad en búsqueda del sustento diario. Por ser nuestro país un llamado en vía de desarrollo, no contamos con las grandes industrias que poseen otros países en los cuales el acceso al trabajo es demasiado natural. Pues bien, el constituyente quiso prever esta situación y encomendó a la administración publica la tarea de protegerlo y garantizarlo, para que se lleve a cabo en condiciones justas y dignas. Parece ser que la nuestra, la administración municipal ha dejado atrás estos principios y derechos constitucionales otorgados al colombiano humilde, trabajador y como decimos en estas tierras; “Echa´o pa´ lante,que con una caseta, una carretón, o una mesa buscan como llevar el pan diario a sus casas. Ahora bien, es preciso traer al caso jurisprudencia de la corte constitucional en la cual dentro de la Sentencia T-135 del año 2010 afirma sobre la confianza legítima que existe por parte de los vendedores informales lo siguiente:

“La denominada confianza legítima tiene su sustento en el principio general de la buena fe. Si unos ocupantes del espacio público, creen, equivocadamente claro está, que tienen un derecho sobre aquél porque el Estado no solamente les ha permitido sino facilitado que ejecuten actos de ocupación, y han pasado muchos años en esta situación que la Nación y el Municipio contribuyeron a crear, es justo que esos ocupantes no queden desamparados porque estamos en un Estado social de derecho.”

De tal forma que en procura de la realización efectiva de su trabajo y de la aplicación automática de la confianza legítima, se le ha otorgado tácitamente al vendedor informal un “espacio dentro del espacio “ para que pueda llevar a cabo sus actividades, además en mi criterio es menester traer al caso el principio de solidaridad constitucional que debe aplicarse en situaciones como la concreta, en la que todos los ciudadanos estamos obligados a brindar al otro una oportunidad y ayudar en su necesidad, pues bien, sea este el motivo para promover y defender el trabajo decente y humilde, de las garras de una administración mezquina que por simplemente imponer la autoridad, llevando a los señores agentes de la policía a los lugares donde estas hacendosas personas desarrollan su actividad, y de igual forma intimidándolas con medidas drásticas como el decomiso del material de trabajo y de la mercancía. Preguntas muy acertadas para hacerle a la comunidad en general de acuerdo a los vendedores informales son aquellas como: ¿Quién no ha probado la degustación de aguacate en las aceras de la plaza de mercado central? O ¿Quién no ha disfrutado una refrescante naranjada en las esquinas del barrio el poblado?,¿Quién no ha pedido un raspa ‘o con leche condensada en el parque de Girón? , seria mentirosa la persona que no ha recurrido a una venta de minutos, como también aquella que diga que no se le ha antojado una fruta de las que llevan en las “zorras” los vendedores informales. Esa es la verdadera convivencia pacífica que se debe promulgar, ese es el sentir popular que debe ser respetado, ese es el verdadero ¡Pueblo Gironés! Que hay que rescatar.

Agradezco inmensamente a las personas que siguen la lectura de mi blog,de igual forma abrirle las puertas a quienes deseen abordar temas necesarios para la comunidad ,ya que en los últimos días me lo han hecho saber, estoy dispuesto a ser un equipo junto a ustedes.

Dios les bendiga.




Juan Sebastián Morales Forero