Hace un poco más
de 2 años cuando en la casa de Nariño aun habitaban las pertenencias del ex
presidente Álvaro Uribe, y las relaciones gubernamentales entre Bogotá, Caracas
Y Quito no podían soportar un golpe más. Luego de varios motivos que obligaron
a la unión de los dos países hermanos a oponerse directamente contra el pueblo
colombiano, creando un ambiente de confusión dentro del escenario político
latinoamericano, que desde muchas perspectivas analíticas se veía venir una
crisis irreparable entre estos países ,además de los ya nombrados también se
pronunciaron los gobiernos como el de Nicaragua. De esta manera se vino
torciendo la relación bilateral entre Colombia y sus países vecinos .Luego de
la llamada invasión que hizo el ejército aquel primero de marzo de 2008 en
donde se dio de baja al ex comandante del grupo armado revolucionario
(FARC),que se refugiaba en la época en las cercanías de la frontera entre
Colombia y Ecuador, el entonces ministro de la defensa quien es hoy el
presidente Juan Manuel Santos, entro en boca de crítica de aquellos presidentes
vecinos que lo acusaban de asesino y de terrorista, llegando al punto de
afirmar que era un peligro para la región. A partir de este momento se
empezaron a oscurecer las relaciones diplomáticas, que dieron como consecuencia
miles de personas de las fronteras perjudicadas ya que en estas mismas estaba
su sustento y pese a los restringidos movimientos en esta zona su actividad se
vio perjudicada. Luego de 2 años mas después de aquel episodio y de muchas
indirectas en los discursos dominicales, el presidente Álvaro Uribe buscaba
reelegirse por segunda vez y la corte se lo negó así pues inicio la carrera de
poner a prueba la estrategia política proponiendo como candidato a la
presidencia a quien creyó iba a ser su sucesor en política, en mandato e ideal.
Durante la época de elecciones los ánimos y la impotencia de los presidentes
vecinos se aumentaron al ver que se podría coronar en Colombia aquel hombre a
quien meses atrás habían llamado “peligro para la región” .Así pues en los
rutinarios discursos dominicales el presidente venezolano lanzaba dardos en
contra de la campaña presidencial de Juan Manuel Santos y mientras tanto en
algunas entrevistas el presidente Ecuatoriano mostraba su preocupación a la
opinión publica de lo que estaba sucediendo. En Colombia Juan Manuel Santos
avanzaba mas y mas y se afianzaba en las encuestas como el próximo presidente
de la república, cada vez que en Venezuela ardían opiniones en su contra. Tal
es así que Juan Manuel Santos llegó a la presidencia de la república y como lo
había prometido en campaña logró comunicarse directamente con su homólogo de
Venezuela Hugo Chávez.
Desde aquel
momento Chávez y su “combo” empezaron a notar una mentalidad diferente en el nuevo presidente de Colombia y
así mismo el pueblo colombiano ,en especial los analistas políticos y el propio
presidente Uribe se sorprendieron al ver como fluían las relaciones
gubernamentales entre estos países. De esta manera se inició en Colombia la
formalización de dos nuevos sectores de opinión política, uno llamado el
uribismo y el otro el santismo, cuando estos dos en el año 2010 se fusionaron
para tener nuevamente la presidencia. Así pues los primeros le reprochan a
santos que fue elegido por los uribistas y gobierna con los liberales, y los
segundos se afirman mas en la actuación que ha tenido el presidente actual,
convirtiéndolo en un icono de las nuevas ideas partidarias de Colombia. Desde
que se posesiono Juan Manuel Santos y luego de los sucesos anteriores el ex
mandatario nacional ha adoptado una posición contraria a las ejecutorias del
mandato actual, afirmando que se han descarrilado los vagones que propuso Juan
Manuel Santos. Todo este escenario político tiene como resultado según el
actual mandatario nacional la búsqueda de la paz ya que cada una de las
conversaciones con los mandatarios vecinos tiene un solo objetivo y es el de la
actividad conjunta para establecer la paz definitiva dentro de nuestro
territorio. Ahora independientemente de las relaciones entre los mandatarios,
la paz debe afianzarse en este gobierno ya que pocos presidentes han tenido el
interés de realizar los llamados diálogos de la paz, es el momento de que este
proceso se envuelva dentro de una capsula y que evite hacer caso a los
comentarios de las personalidades políticas que solo buscan entorpecer este
transcurso.
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