En contexto de la lectura realizada a la obra de Duque Daza, es importante inferir que lo que se pretende mostrar por el autor es trascendentalmente la identificación de la suma importancia que tiene la organización partidista interna, pues a través de esta se puede consolidar la estructuración misional de cada una de estas para el cumplimiento de sus objetivos y la permanencia dentro de la vigente competencia electoral y el entorno político en el cual se mueven.
De
la lectura se infiere el comienzo por la tarea de realizar un barrido sobre el
concepto de la institucionalización como rutinización de un sistema
formal de reglas y objetivos, el cual va a mostrar la posibilidad de establecer
tareas, poderes y procedimientos de acuerdo con un modelo que se aprueba en el
espectro político. Teniendo en cuenta que dicho proceso se entiende entre otras
cosas como aquel canal mediante el cual se adquieren el valor y la estabilidad
de las organizaciones, existen dentro de la lectura un resumen de elementos
fundantes que ayudan a formar dichos objetivos, entre ellos están la adaptabilidad,
que constituye una característica organizacional adquirida: cuanto más
adaptables y menos rígidos son los partidos, mayor es su institucionalización, la
complejidad, entendida como la multiplicación de subunidades organizativas,
jerárquica y funcionalmente, y la diferenciación de estas subunidades: en tanto
más compleja sea la organización más elevado es su nivel institucional, la
autonomía, que implica que las relaciones entre las fuerzas sociales y las
organizaciones políticas no conllevan a que éstas sean simples expresiones de
los intereses de determinados grupos sociales; la coherencia, por la
cual una organización requiere por lo menos un consenso sustancial en cuanto a
los límites funcionales del grupo y de los procedimientos para resolver las
disputas que se suscitan dentro de ellos. Es importante centrar la atención en
la definición anterior , pues tales elementos son la base del desarrollo
institucional que en adelante van a utilizar las organizaciones partidistas en
correlación con las teorías expuestas por los diferentes autores que presenta
el texto estudiado como Nelson Polsby y E. Spencer Wellhofer que son los
primeros en revisar la institucionalización organizativa de forma estructural ,
es por ello que se hace énfasis en lo expuesto por el primero que propone un
esquema de rutinización y complejidad considerando tres grandes premisas: a)
Que las organizaciones sean relativamente bien delimitadas en términos que permitan
diferenciarlas de su ambiente, que sus miembros sean fácilmente identificables
y los líderes sean reclutados de la misma. b) Que la organización sea
relativamente compleja y densa, con funciones internamente separadas sobre
bases explícitas y regularizadas, con patrones regulares de acción c) Que la
organización tienda a tener criterios universalistas y no particularistas de
acción, y métodos automáticos más que discrecionales.
Por su parte se expone en el texto sobre E. Spencer Wellhofer y la manifestación del problema de la institucionalización, aduciendo que este en sí mismo implica un desarrollo organizacional, y con éste involucra, que la organización se pueda definir con una variedad de insignias, costumbres, reglas de conducta que la diferencie de otras y establezca sus límites.
En
segundo lugar el mismo autor expone que la organización sea compleja y asuma
una creciente diferenciación de subunidades, lo cual requiere una coordinación
interna de los diversos intereses; si no hay coordinación se puede desintegrar
o derrumbar la misma., por último se concibe que , la organización debe
desarrollar continuidad, debe adaptarse a las nuevas circunstancias en
ambientes cambiantes y mantener una sincronización de patrones de conducta que impidan la
desintegración o disolución por el cambio intempestivo. Viendo de tal forma que existen dos
perspectivas que van a nutrir la organización interna en cuanto a la prevención
de inconvenientes sobre la marcha y la solidificación de objetivos para el
cumplimiento de sus metas.
En
el texto reseñado aparece un autor de vulgar importancia ; Huntington quien
empieza a trabajar sobre cinco elementos sobre la complejidad y
coherencia-rutinización: a) abordan la institucionalización desde las
dimensiones internas de las organizaciones, los partidos en sí mismos; b)
enfatizan en los procesos de rutinización, de caminos pautados, regularizados y
acatados por los actores internos; c) asocian la institucionalización
con mayores niveles de complejidad organizativa; d) relacionan la
institucionalización con la supervivencia de la organización. e) asumen
la institucionalización como un proceso que permite ser abordado
longitudinalmente.
Desde
esta perspectiva se tiene que la institucionalización yace como aspecto crucial
para la permanencia de las agremiaciones políticas, aquellas que no se
institucionalizan están llamadas a fracasar, algunas se lo hacen de manera
fuerte y otras de manera débil; esto implica, entonces, la posibilidad de medir
le grado de la organización. Para lo
anterior aparece Pabianco , que va a exponer cinco elementos fundamentales sobre
la premisa expuesta de la siguiente forma , la primera hace énfasis en la regla
principal y es que un partido fuertemente institucionalizado posea una
burocracia central desarrollada, la segunda es el grado de homogeneidad, de semejanza entre
las subunidades organizativas del mismo nivel jerárquico, pues si la
institucionalización es elevada, las agrupaciones locales tenderán a
organizarse de la misma forma en todo el territorio nacional, la tercera, las
modalidades de financiación en cuanto mayor es la institucionalización, es más
probable que la organización disponga de un sistema de ingresos con una variedad
de fuentes la cuarta, hace referencia a las relaciones con las organizaciones cercanas
al partido, por ultima , el grado de correspondencia entre las normas
estatutarias y la “constitución material” del partido, esta característica hace
que se hace presente en los partidos con alto grado de institucionalización, que
en los partidos débilmente institucionalizados. Lo que se deduce desde la
lectura que se abre la posibilidad empírica del concepto en la línea que se ha
planteado para asumir la institucionalización desde el punto de vista interno ,
relacionando la complejidad y la coherencia-rutinización, contemplando
además la autonomía; y siendo concebidas
como miembros de un mismo proceso.
Ahora
bien concebida la institucionalización como el proceso por el cual el partido
se consolida en términos de patrones de conducta y de actitudes o cultura, los
factores internos se refieren a los desarrollados dentro del partido y los
externos a las relaciones del partido con la sociedad. Así las cosas, aparecen
en la lectura una serie de descripciones sobre el enfoque multidimensional de
la institucionalización. En primer lugar, concibe que existen diversas formas
de institucionalización que pueden ser divergentes, lo que demuestra dos
visiones importantes, la concentración en la sistematicidad y la debilidad en
la autonomía y los vínculos con la población. En segundo lugar, no se percibe
que pueda darse una óptima combinación de las cuatro dimensiones (Sistematicidad,
autonomía de decisión, inclusión de valores y enraizamiento), dado su posible
carácter divergente y, con ello, la imposibilidad de producir un agregado a
partir de ellas.
La
institucionalización descrita como el conjunto de etapas mediante la cual un
partido adquiere, en mayor o menor grado, de consolidación en su organización y
en sus vínculos con la población, aparece la sistematicidad, estableciendo, por
una parte, estructuras con grados de especialización de roles, interdependencia
y coordinación; por otra parte, caminos de acción que operan como patrones de
conducta que rigen sus actividades dirigidas todas en coherencia con su
funcionamiento. Como se describió al iniciar el desarrollo del texto los
partidos que no se institucionalizan desaparecen lo que indica que la
consolidación de patrones de conducta, aportan también a la fijación de una
determinada continuidad en el tiempo desarrollando ciertas estructuras que se han regido por esquemas de acción. Lo que
supone que la edad cronológica surge como un indicador de institucionalización
que debe ser tomado de manera cautelar, pues partidos con largos años de
existencia pueden ostentar un bajo grado de institucionalización o partidos de reciente formación pueden alcanzar
una fuerte consolidación organizativa, dependiendo de sus dinámicas internas y
de los factores del entorno. En contraprestación existe una concepción que
también debe ser evaluada de forma cuidadosa y es la relacionada con el flujo
económico como itinerario de la institucionalización, pues no todas aquellas que
poseen un alto grado de adquisición económica deben ser consideradas como altas
organizaciones institucionalizadas, mientras que aquellas con bajo capital no
pueden ser etiquetadas como organizaciones con poca institucionalización. A partir de estas dos consideraciones nacen tres
dimensiones relacionadas con la sistematicidad: la complejidad, la
rutinización y la coherencia, y en cuanto al enraizamiento se puede abordar
la forma como los partidos son percibidos y apoyados por la población a partir
de cuatro dimensiones: la densidad electoral, la identificación
partidista , la confianza en los partidos y el apoyo electoral hacia el
partido. El texto los describe de la siguiente manera:
Complejidad. Expresa la existencia de una
organización, en tanto un sistema de gestión establecido e independiente, con
división del trabajo, jerarquización y subunidades diferenciadas y
especializadas, integradas de tal forma que permitan mantener en funcionamiento
al partido.
Rutinización. La rutinización implica la presencia de
criterios universalistas y no particularistas de acción, y métodos automáticos
y regularizados, no discrecionales ni contingentes.
Coherencia. Se refiere a las acciones de los
miembros de la organización partidista, fundadas en la identificación y el
compromiso con ésta, lo cual se expresa en sus actuaciones en los espacios en
los que el partido hace presencia.
Ahora
en cuanto al enraizamiento,
Densidad
electoral. Esta expresa
la relación entre los electores y los miembros de un partido. El indicador se
expresa en la proporción (porcentaje) de electores que son, a su vez, miembros
del partido.
La
identificación partidista.
Se considera como la orientación de una persona hacia un partido político; el
lugar donde se sitúa un individuo frente a alguno de los partidos en
competencia, como expresión de una actitud positiva duradera hacia cierto
partido.
La
confianza en los partidos como instituciones. Hace referencia a las percepciones de la población
respecto a los partidos políticos en términos de confianza en estos como
instituciones.
Apoyo
electoral a los partidos.
Se refiere a la cuantificación del electorado que apoya a los partidos en las
sucesivas elecciones del periodo analizado, su estabilidad, sus fluctuaciones y
volatilidad.
De
forma concluyente podemos advertir que a través de la lectura se ha concebido
la institucionalización como utensilio conceptual y teórica a través de las
concepciones internas y estructurales abordando a los partidos políticos como no
solo como una dimensión organizativa sino también en términos patrones de
conductas en sus integrantes, lo mismo sucede con las percepciones y formas de
como estos se insertan en los diversos ámbitos de la sociedad. Definiendo que la
lectura examina finalmente la forma operacional en la que se encuentra
dicha modalidad y por la cual se materializa la organización institucional.
SEBASTÍAN MORALES.