lunes, 5 de abril de 2021

OPINIÓN A LA INSTITUCIONALIZACIÓN PARTIDISTA. UNA PROPUESTA DE ABORDAJE SOBRE LAS ESTRUCTURAS ORGANIZATIVAS PARTIDISTAS


En contexto de la lectura realizada a la obra de Duque Daza, es importante inferir que lo que se pretende mostrar por el autor es trascendentalmente la identificación de la suma importancia que tiene la organización partidista interna, pues a través de esta se puede consolidar la estructuración misional de cada una de estas para el cumplimiento de sus objetivos y la permanencia dentro de la vigente competencia electoral y el entorno político en el cual se mueven.

De la lectura se infiere el comienzo por la tarea de realizar un barrido sobre el concepto de la institucionalización como rutinización de un sistema formal de reglas y objetivos, el cual va a mostrar la posibilidad de establecer tareas, poderes y procedimientos de acuerdo con un modelo que se aprueba en el espectro político. Teniendo en cuenta que dicho proceso se entiende entre otras cosas como aquel canal mediante el cual se adquieren el valor y la estabilidad de las organizaciones, existen dentro de la lectura un resumen de elementos fundantes que ayudan a formar dichos objetivos, entre ellos están la adaptabilidad, que constituye una característica organizacional adquirida: cuanto más adaptables y menos rígidos son los partidos, mayor es su institucionalización, la complejidad, entendida como la multiplicación de subunidades organizativas, jerárquica y funcionalmente, y la diferenciación de estas subunidades: en tanto más compleja sea la organización más elevado es su nivel institucional, la autonomía, que implica que las relaciones entre las fuerzas sociales y las organizaciones políticas no conllevan a que éstas sean simples expresiones de los intereses de determinados grupos sociales; la coherencia, por la cual una organización requiere por lo menos un consenso sustancial en cuanto a los límites funcionales del grupo y de los procedimientos para resolver las disputas que se suscitan dentro de ellos. Es importante centrar la atención en la definición anterior , pues tales elementos son la base del desarrollo institucional que en adelante van a utilizar las organizaciones partidistas en correlación con las teorías expuestas por los diferentes autores que presenta el texto estudiado como Nelson Polsby y E. Spencer Wellhofer que son los primeros en revisar la institucionalización organizativa de forma estructural , es por ello que se hace énfasis en lo expuesto por el primero que propone un esquema de rutinización y complejidad considerando tres grandes premisas: a) Que las organizaciones sean relativamente  bien delimitadas en términos que permitan diferenciarlas de su ambiente, que sus miembros sean fácilmente identificables y los líderes sean reclutados de la misma. b) Que la organización sea relativamente compleja y densa, con funciones internamente separadas sobre bases explícitas y regularizadas, con patrones regulares de acción c) Que la organización tienda a tener criterios universalistas y no particularistas de acción, y métodos automáticos más que discrecionales.

Por su parte se expone en el texto sobre E. Spencer Wellhofer y la manifestación del problema de la institucionalización, aduciendo que este en sí mismo implica un desarrollo organizacional, y con éste involucra, que la organización se pueda definir con una variedad de insignias, costumbres, reglas de conducta que la diferencie de otras y establezca sus límites.

En segundo lugar el mismo autor expone que la organización sea compleja y asuma una creciente diferenciación de subunidades, lo cual requiere una coordinación interna de los diversos intereses; si no hay coordinación se puede desintegrar o derrumbar la misma., por último se concibe que , la organización debe desarrollar continuidad, debe adaptarse a las nuevas circunstancias en ambientes cambiantes y mantener una sincronización de  patrones de conducta que impidan la desintegración o disolución por el cambio intempestivo.  Viendo de tal forma que existen dos perspectivas que van a nutrir la organización interna en cuanto a la prevención de inconvenientes sobre la marcha y la solidificación de objetivos para el cumplimiento de sus metas.

En el texto reseñado aparece un autor de vulgar importancia ; Huntington quien empieza a trabajar sobre cinco elementos sobre la complejidad y coherencia-rutinización: a) abordan la institucionalización desde las dimensiones internas de las organizaciones, los partidos en sí mismos; b) enfatizan en los procesos de rutinización, de caminos pautados, regularizados y acatados por los actores internos; c) asocian la institucionalización con mayores niveles de complejidad organizativa; d) relacionan la institucionalización con la supervivencia de la organización. e) asumen la institucionalización como un proceso que permite ser abordado longitudinalmente.

Desde esta perspectiva se tiene que la institucionalización yace como aspecto crucial para la permanencia de las agremiaciones políticas, aquellas que no se institucionalizan están llamadas a fracasar, algunas se lo hacen de manera fuerte y otras de manera débil; esto implica, entonces, la posibilidad de medir le grado de la organización.  Para lo anterior aparece Pabianco , que va a exponer cinco elementos fundamentales sobre la premisa expuesta de la siguiente forma , la primera hace énfasis en la regla principal y es que un partido fuertemente institucionalizado posea una burocracia central desarrollada, la segunda es  el grado de homogeneidad, de semejanza entre las subunidades organizativas del mismo nivel jerárquico, pues si la institucionalización es elevada, las agrupaciones locales tenderán a organizarse de la misma forma en todo el territorio nacional, la tercera, las modalidades de financiación en cuanto mayor es la institucionalización, es más probable que la organización disponga de un sistema de ingresos con una variedad de fuentes la cuarta, hace referencia a  las relaciones con las organizaciones cercanas al partido, por ultima , el grado de correspondencia entre las normas estatutarias y la “constitución material” del partido, esta característica hace que se hace presente en los partidos con alto grado de institucionalización, que en los partidos débilmente institucionalizados. Lo que se deduce desde la lectura que se abre la posibilidad empírica del concepto en la línea que se ha planteado para asumir la institucionalización desde el punto de vista interno , relacionando la complejidad y la coherencia-rutinización, contemplando además  la autonomía; y siendo concebidas como miembros de un mismo proceso.

 

Ahora bien concebida la institucionalización como el proceso por el cual el partido se consolida en términos de patrones de conducta y de actitudes o cultura, los factores internos se refieren a los desarrollados dentro del partido y los externos a las relaciones del partido con la sociedad. Así las cosas, aparecen en la lectura una serie de descripciones sobre el enfoque multidimensional de la institucionalización. En primer lugar, concibe que existen diversas formas de institucionalización que pueden ser divergentes, lo que demuestra dos visiones importantes, la concentración en la sistematicidad y la debilidad en la autonomía y los vínculos con la población. En segundo lugar, no se percibe que pueda darse una óptima combinación de las cuatro dimensiones (Sistematicidad, autonomía de decisión, inclusión de valores y enraizamiento), dado su posible carácter divergente y, con ello, la imposibilidad de producir un agregado a partir de ellas.

La institucionalización descrita como el conjunto de etapas mediante la cual un partido adquiere, en mayor o menor grado, de consolidación en su organización y en sus vínculos con la población, aparece la sistematicidad, estableciendo, por una parte, estructuras con grados de especialización de roles, interdependencia y coordinación; por otra parte, caminos de acción que operan como patrones de conducta que rigen sus actividades dirigidas todas en coherencia con su funcionamiento. Como se describió al iniciar el desarrollo del texto los partidos que no se institucionalizan desaparecen lo que indica que la consolidación de patrones de conducta, aportan también a la fijación de una determinada continuidad en el tiempo desarrollando ciertas estructuras que  se han regido por esquemas de acción. Lo que supone que la edad cronológica surge como un indicador de institucionalización que debe ser tomado de manera cautelar, pues partidos con largos años de existencia pueden ostentar un bajo grado de institucionalización o  partidos de reciente formación pueden alcanzar una fuerte consolidación organizativa, dependiendo de sus dinámicas internas y de los factores del entorno. En contraprestación existe una concepción que también debe ser evaluada de forma cuidadosa y es la relacionada con el flujo económico como itinerario de la institucionalización, pues no todas aquellas que poseen un alto grado de adquisición económica deben ser consideradas como altas organizaciones institucionalizadas, mientras que aquellas con bajo capital no pueden ser etiquetadas como organizaciones con poca institucionalización.  A partir de estas dos consideraciones nacen   tres dimensiones relacionadas con la sistematicidad: la complejidad, la rutinización y la coherencia,  y en cuanto al enraizamiento se puede abordar la forma como los partidos son percibidos y apoyados por la población a partir de cuatro dimensiones: la densidad electoral, la identificación partidista , la confianza en los partidos y el apoyo electoral hacia el partido. El texto los describe de la siguiente manera:

Complejidad. Expresa la existencia de una organización, en tanto un sistema de gestión establecido e independiente, con división del trabajo, jerarquización y subunidades diferenciadas y especializadas, integradas de tal forma que permitan mantener en funcionamiento al partido.

Rutinización. La rutinización implica la presencia de criterios universalistas y no particularistas de acción, y métodos automáticos y regularizados, no discrecionales ni contingentes.

Coherencia. Se refiere a las acciones de los miembros de la organización partidista, fundadas en la identificación y el compromiso con ésta, lo cual se expresa en sus actuaciones en los espacios en los que el partido hace presencia.

Ahora en cuanto al enraizamiento,

Densidad electoral. Esta expresa la relación entre los electores y los miembros de un partido. El indicador se expresa en la proporción (porcentaje) de electores que son, a su vez, miembros del partido.

La identificación partidista. Se considera como la orientación de una persona hacia un partido político; el lugar donde se sitúa un individuo frente a alguno de los partidos en competencia, como expresión de una actitud positiva duradera hacia cierto partido.

La confianza en los partidos como instituciones. Hace referencia a las percepciones de la población respecto a los partidos políticos en términos de confianza en estos como instituciones.

Apoyo electoral a los partidos. Se refiere a la cuantificación del electorado que apoya a los partidos en las sucesivas elecciones del periodo analizado, su estabilidad, sus fluctuaciones y volatilidad.

 

De forma concluyente podemos advertir que a través de la lectura se ha concebido la institucionalización como utensilio conceptual y teórica a través de las concepciones internas y estructurales abordando a los partidos políticos como no solo como una dimensión organizativa sino también en términos patrones de conductas en sus integrantes, lo mismo sucede con las percepciones y formas de como estos se insertan en los diversos ámbitos de la sociedad. Definiendo que la lectura  examina finalmente  la forma operacional en la que se encuentra dicha modalidad y por la cual se materializa la organización institucional.

 


SEBASTÍAN MORALES.