domingo, 19 de abril de 2020

Tiempos de COVID


A mis queridos lectores los saludo con un fraternal abrazo a la distancia, presentando las más gigantescas disculpas por haberme alejado desde aquel febrero de dos mil diecinueve (2019) cuando hacíamos alusión a lo que se venía durante aquellos meses en materia de toma de decisiones y de concebir una sociedad renovada cuando les decía parafraseando un poco; que no se podía desaprovechar el momento de coyuntura en el que evidentemente nos habíamos dado cuenta de la mezquindad del actuar político rastrero.

Aprovecho así este espacio que con cariño llevo en mi corazón, para agradecer a Dios, a todos y cada uno de los gironeses que el pasado 27 de octubre me acompañaron en las urnas otorgándome una curul en el concejo municipal. Este hecho no solo reflejó la simple elección de un cabildante, sino la verdadera cristalización del cambio naciente, la desaprobación de la forma de hacer política tradicional y la necesidad de llevar a las corporaciones como la mentada, a un nivel de dignidad que trasfiera condiciones efectivas de bienestar popular. Gracias por ayudarme a manifestar que de manera humilde y sencilla también se puede llegar a los corazones de los electores. Perfeccionando aquella premisa de Juan Jacobo Rousseau cuando afirma que votar es ceder una parte de la libertad para que sea administrada por quién representa las verdaderas necesidades de la comunidad. Al cierre de este escrito, ya ha trascurrido el primer trimestre de mi gestión como miembro de la junta directiva de Girón, razón por la cual en la próxima  publicación se estará llevando a cabo la rendición de cuentas correspondiente.
El nuevo Coronavirus (COVID-19) ha sido catalogado por la Organización Mundial de la Salud como una emergencia en salud pública de importancia internacional (ESPII). Un virus de orden global, el cual no podemos concebir a simple vista, del cual se desconoce la magnitud de su existencia y sus futuras consecuencias, no conocemos la cifra real de los casos de infectados ni mucho menos la de la lamentable cantidad de fallecidos que producirá, la misma incertidumbre la tenemos frente a los estragos que irá a generar en la economía o cuando comercializará una vacuna que vuelva inmune a la humanidad. Así las cosas, una “pandemia” que tiene como origen de su conformación la expresión lingüística: “todo el pueblo “, que se muestra democrática al no distinguir raza, color, creencia, posición política o económica. Quizá al comienzo de la aparición de este fenómeno en Wuhan, China nunca pensamos que tuviera la cercanía que hoy nos tiene confinados en nuestras viviendas, así tampoco concebimos la magnitud de las consecuencias que ello traería.  La propagación del COVID -19 ha roto el telón que por la dimensión de las tareas cotidianas no habíamos analizado de manera detenida o que tal vez conociéndolo habríamos pasado desapercibido. Este telón ha dejado al descubierto la necesidad de reevaluar el rumbo del mundo, aquello que parecía oculto hoy es una urna de cristal que muestra a los verdaderos enemigos ocultos en un mundo de egoísmo y división social. El requerimiento de pensar una sociedad alternativa que despierte la solidaridad global. El mundo y nuestro país desde el segundo semestre del año 2019 y durante los últimos meses vivían situaciones traumáticas, que inclusive en diversas latitudes causaron convulsiones a las organizaciones políticas y económicas, para no ir tan lejos en Colombia la inconformidad naciente contra las decisiones tomadas por el gobierno nacional, causaron un sin numero de manifestaciones, protestas y hechos lamentables como las agresiones confusas y letales a manos de la fuerza pública. El rechazo permanente a las políticas del presidente y la conmoción nacional ante la difícil situación económica que vive el país hicieron que gran parte de la sociedad saliera a las calles a exigir respeto y dignidad social. Todo lo anterior ha sido apaciguado con la aparición del virus y aquél frenesí junto a los sentimientos de excitación popular han tomado una pausa en su expresión. Quizá la llegada del COVID -19 es la excusa perfecta para trabajar unidos en la solución de un problema común, de reinventar las características básicas de la sociedad y construir un entorno mejor. Vivimos una paradoja, hoy el llamado es a despertar la solidaridad en un evento que nos impide tener contacto con los demás y la respuesta es precisamente esa, la tarea mancomunada en contra de todo lo que ha salido a la luz pública tras el enigma de las actividades mundanas. No es momento de tener pánico, mas bien de trabajar duro y urgente por una supervivencia respetable.

El COVID-19 es un virus que no presenta lenguaje conciliatorio ni tampoco permite combatirlo como un enemigo, tampoco existe salida política, las diferencias se han vuelto nulas y las barreras que dividen la sociedad no existen, provocando así que su efecto devastador actúe. Ahora bien, como toda enfermedad está igualmente produce efectos secundarios que resultan mucho más peligrosos que el sufrimiento inicial; la aseveración de conflictos, epidemias de guerra, xenofobia, racismo y división colectiva entre otras están a la orden del día. A su vez esta pandemia ha servido para quitarnos las vendas ante una realidad inminente en donde a diario se puede enrostrar la inmensa desigualdad social que existe en nuestra patria, de la misma forma nos damos cuenta que los estratos 1 y 2 no son los únicos sufrientes, pues asimismo la clase media es golpeada y olvidada por los programas estatales. Quiero hacer un punto a parte porque aquí se encuentra el colombiano de a pie, aquel que vive del día a día y que reclama del estado garantista una organización administrativa que pueda distribuir los programas sociales de manera equitativa, una solución a la problemática laboral y al mejoramiento de su calidad de vida. Hoy un gran porcentaje de esta población se encuentra en el rango de edades con mayor riesgo, con el peligro latente de no morir por el contagio de virus, pero sí de hambre. Las ofertas no pueden convertirse en solo frases populistas de una alocución sin sentido, al contrario deben proyectarse en verdaderas acciones que materialicen al ciudadano un auxilio en esta difícil situación. La famosa brecha que divide la sociedad hoy es mas que evidente, las personas que nunca han visitado un país europeo o asiático son las que se están viendo mayormente afectadas por el COVID -19 , esto por la terrible imposibilidad de acceder a un sistema de salud universal que brinde las mismas condiciones a una persona que tiene un servicio prepagado a uno subsidiado, un sistema sanitario nacional de calidad, lo mas triste es ver como quienes no han tenido la posibilidad de tener unas alternativas de prevención médica, es decir las personas mas olvidadas son las que están muriendo a causa del virus, un punto sobre el cual vale la pena detenerse. La educación es otro de los temas de inflexión sobre el cual deben tomarse decisiones acertadas luego de lo que nos ha dejado entrever la llegada del COVID-19 , hoy notamos como las clases de los colegios privados no se detienen porque dentro de sus obvias posibilidades pueden acceder a mecanismos de tecnologías de la información y la comunicación con el objeto de no alterar su funcionamiento ante una emergencia como la que vivimos, cuestión que no es la misma en los establecimientos educativos oficiales donde profesores y padres de familia deben acudir en su gran mayoría a procedimientos rudimentarios y artesanales para poder garantizar la enseñanza y evitar el ocio en los niños, niñas y adolescentes durante el aislamiento. Ello nos debe llevar a exigir desde cada una de las posiciones en las cuales nos encontramos, un modelo electivo que impulse la utilización de la tecnología en materia educativa, adaptando el sistema a las obligaciones que nos impone el mundo. Hoy podemos ser testigos de aquello que tanto habíamos temido y que ya es palpable, un ejemplo claro ha sido la posición dominante de las grandes superficies económicas que se declaran en riesgo para no poder suplir las obligaciones contraídas con el conglomerado, teniendo como único objeto que “papá estado” vuelva a ellas en un complot desestimado por las artimañas políticas tradicionales de nuestro país. Somos además declarantes de como los trabajadores del común son atropellados por los empleadores que buscan por sobre todas las cosas el interés económico dejando al olvido no solamente las circunstancias jurídicas de la celebración de un negocio jurídico en materia laboral, sino las necesidades de cada uno de los individuos que ponen al servicio la fuerza humana para poder brindar condiciones de vida digna para sus familias, no es posible que a estas alturas del juego la vida de aquellos trabajadores se convierta precisamente en eso , en un juego. Es reprochable que las empresas que hoy acumulan grandes colchones económicos se escuden bajo figuras jurídicas que bajo presión utilizan para que los subordinados suspendan o den por terminada una relación laboral y lo que resulta aún más detestable, que derechos innegociables caigan en los vanos propósitos del acaparamiento y la riqueza. Es cierto que el aporte tributario no puede descuidarse en una crisis como la que hoy en día presentamos, pero no quiero dejar atrás a los amigos micro, medianos y pequeños empresarios que a diario buscan en un mercado difícil el sustento tanto de su núcleo familiar como el de todos aquellos que indirectamente se benefician de los activos, empresas que están surgiendo y que requieren un salvavidas por parte de las entidades estatales. Incentivos a quienes durante años le han aportado a las comunidades, empleo, seguridad y buenas labores comunitarias. El COVID -19 se presenta entonces como el peor enemigo en una guerra, que invita a la sociedad en cabeza del aparato gubernamental a ejercer una búsqueda permanente para salvaguardar los intereses generales. A lo mejor si seguimos actuando como veníamos haciendo antes de esta crisis podríamos enfrentar situaciones aun mas lamentables en un futuro, aquellas de las cuales tenemos conocimientos y que se muestran como un león dormido que, en cualquier momento como la epidemia, pueden despertar. Me refiero explícitamente a la desigualdad social, el cambio climático, la falta de conciencia con el entorno humano y verde, la proliferación del racismo y sobre todo en nuestra querida Colombia, el establecimiento de practicas contrarias a los intereses colectivos cimentadas en un fenómeno llamado “Corrupción” .

No es momento de dejarnos llevar por el miedo, que resulta ser mas peligroso que el virus. Es hora de hacer un llamado a la gran cohesión social que nos una bajo el mismo techo, donde los sentimientos de solidaridad, resiliencia, fraternidad y tolerancia estén a flor de piel. Esta situación nos invita a vacunarnos contra el veneno mortal del egoísmo, la supervivencia individual y la malicia indígena donde “el mas vivo” termina siendo el mas inútil. Es la oportunidad de sanarnos como sociedad y concebir que somos parte de una común unidad que a gritos pide cooperación y conciencia social.

Sebastián Morales Forero

22 comentarios:

  1. Dios te bendiga por todo lo que haces por los necesitados. Abrazos

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  2. Sebastián ojalá todos los políticos y servidores públicos tuvieran la visión que tú tienes del país, gente como tú se necesita, pero que no se deje opacar o convencer para actuar a conveniencia de los poderosos..... Bendiciones

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  3. Maravilloso,Sebastian muchas gracias ud es una excelente persona.

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  4. Felicidades mi hermano buen artículo muy buen trabajo

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  5. Felicidades doctor y siempre Adelante 👍

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  6. Gracias Doc por tenerme encuenta muy buen articulo y sigamos orando a Dios para q pase pronto esta pandemia

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  7. Primaso muchas gracias por tan poderosas palabras de aliento y sabiduria,personas como usted pocas aqui en la faz de la tierra con la ayuda de Dios todopoderoso vamos a salir de esta y muchas más un abrazo

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  8. mil felicitaciones y lluvia de bendiciones sebitas Girón nesecita mas personas como usted en el concejo personas que tengan amor al projimo y que no se olviden de quienes les dieron la oportunidad de llegar a donde estan personas con ese gran corazon y amor alo que hacen hombres como usted que eres un gran ser humano Dios te bendiga siempre mil bendiciones 💚 🙏🏻

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  9. Excelente artículo, mi apreciado Dr. Juan Sebastian. En los momentos de adversidad, es cuando aflora todo lo bueno y todo lo malo en los seres humanos. Que buen momento éste, para demostrar de que estamos hechos !!

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  10. Interesante su apresiacion jóvenes como tu necesita la humanidad adelante y llegaras lejos

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  11. Mil gracias Sebastián. Un servidor de la comunidad con miras a, la cooperación del pueblo..

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  12. Muchas gracias Dr Sebastián x pensar en los demás y ser digno representante del pueblo

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  13. DOCTOR SEBASTIÁN GRACIAS POR SUS HERMOSAS PALABRAS DIOS TE BENDIGA Y TE SIGA REGALANDO SABIDURIA VAS A LLEGAR MUY LEJOS

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  14. Gracias dr Morales por esas sabías palabras gracias muchas gracias

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  15. Doctor muchas gracias por compartir sabías palabras, esperemos que Dios nos proteja a todos y nos guarde de todo mal y peligro que quiera afectarnos, sin duda es una situación demaciado difícil que afecta a todas las personas, pero oremos y humillemonos a Dios que de la mano de el saldremos adelante

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  16. excelente reflexión Sebastián.
    un abrazo desde España. con cariño
    Irma

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  17. Gracias concejal. Saludos

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