Hace algunos días me encontré en el periódico; las palabras de un ilustre y respetado mandatario liberal, el gobernador de Santander Horacio Serpa Uribe, que tomando en en cuenta la llegada del bicentenario nos decía que este es la celebración de un pueblo, pero que consigo trae al recuerdo que hay que seguir luchando como estos grandes hombres, por la igualdad, por la libertad, por la paz, por la inclusión, después de que en 1810 los ejércitos neogranadinos y venezolanos comenzaron a derramarse por media Suramérica a fin de expulsar el Imperio español, el general Francisco de Miranda acudió al nombre de Cristóbal Colón para rebautizar al virreinato: tierra de Colón, vale decir, Colombia.
Miranda pretendió integrar a Venezuela y Ecuador, pero ambos países sólo conservaron el tricolor amarillo, azul y rojo de la bandera. La Independencia de Colombia también había estado antecedida en el uso de la imprenta.
Al decretar el virrey Flórez en 1780 el primer taller tipográfico de Bogotá, al mando del impresor Antonio Espinosa de los Monteros, nunca imaginó que veinte años después esta máquina precipitaría el fin del imperio español en Nueva Granada. Tal vez ese sentimiento de inclusión que utilizo el general miranda al creer unir a los países de Venezuela y Ecuador en esta lucha se vivió en esta época en donde conservaron solo su distinguido pabellón.
Ahora ¿Después de 200 años que está viviendo el panorama suramericano? Una guerra diplomática entre los gobierno de Colombia, Venezuela y Ecuador. La historia nos dejan un grato recuerdo, pero que importante sería que estos sentimientos se vuelvan a ver en este sector del mundo, condiciones de paz, armonía, cooperación, solidaridad y amor entre estas patrias.
Juan Sebastián Morales Forero
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